Sólo abría los domingos

Wednesday, July 12, 2006

Miércoles, arte


Como alguien comentaba una vez, hay veces en que mucha belleza hace daño, nos despierta la melancolía anticipada de que perderemos el "extasis" de estar contemplando algo superior a nosotros. En parte es justo eso lo que, sobre todo los artistas antiguos, perseguían, por supuesto, transmitir ideas o sentimientos. A veces nos llega... a veces no.

En el caso del que suscribe esta condición se cumple en ocasiones muy extrañas, sobre todo con música clásica, paisajes o el otro día en la explicación de "el juicio final" de la capilla sixtina.

Como se puede observar, el fresco se basa en una movimiento circular entre cristo, en el centro, y las almas que suben al cielo o descienden al infierno. Por supuesto, en realidad es mucho mejor pero para hacerse una idea la ilustración del dibujo vale.

Por supuesto, hay muchísimos estudios y explicaciones de este "cuadro". Pero hay algo que me llamó mucho la atención el otro día y de lo que tenía ganas de hablar hoy, la representación del cuerpo humano como testimonio de que, en el fondo, los hombres no son sino "hechos a imagen y semejanza" de Dios. Según la audioguía del Vaticano, esa era la garantía de que la salvación era posible a pesar del pesimismo del resto del fresco.

Y me pareció una idea preciosa, que alguien en plena oscuridad de la edad media, fuera capaz de haberse planteado que el cuerpo humano no era un desecho del que renegar (como pretendían los platonistas) sino un testimonio vivo del mundo de las ideas. (además de las implicaciones sexuales-ideológicas que implica, por supuesto).

A las 22:30 charla-coloquio en mezzodomenica sobre miguel ángel y la capilla sixtina. Como siempre, el academicismo y pedantería estarán prohibidos!

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